TEXTO: Vivir la santidad en lo cotidiano

 


La santidad en la vida cotidiana

Cada 1 de noviembre conmemoramos el Día de Todos los Santos, una fecha especial para la Iglesia Católica donde se recuerda a aquellos que con su ejemplo de vida nos demostraron que llegar al cielo es un camino arduo pero no imposible.

A lo largo del tiempo, los santos se han constituido como los intercesores de los hombres ante Dios. Con su ayuda hemos obtenido todo tipo de bienes espirituales pues, desde el cielo, velan porque la Gloria de Dios siga presente en la tierra.

La Iglesia Católica conmemora esta fecha para animar a todas las personas a practicar las virtudes de los santos y seguir su ejemplo pues, con sus acciones en la tierra, hoy gozan de una recompensa mayor: el cielo.

¿Cómo alcanzar la santidad? En muchas ocasiones, el Papa Juan Pablo II recomendó acciones sencillas pero muy significativas, como practicar la oración, es decir, entablar un diálogo con Dios desde lo más profundo de nuestro corazón.

Asimismo, explicó que otra pieza clave para ser santos es participar de la Eucaristía pues, a través de ella, podemos acercarnos más a Jesús. Otra actividad a poner en práctica es la confesión, la cual, nos permite recuperar nuestra amistad con Dios.

El Papa Juan Pablo II concluye con lo siguiente “escuchar la palabra de Dios, pero también anunciarla”, es decir, comunicar la buena nueva a los demás a través de nuestro comportamiento.

Por su parte, el Papa Francisco hace hincapié en que convertirse en santo implica una serie de acciones que debemos poner en práctica durante los diferentes “estados de vida”, es decir, en cada situación o etapa que atravesamos.

Por ejemplo, si eres padre o abuelo, tu misión consistirá en ayudar a tus hijos o nietos a conocer a Jesús. El Sumo Pontífice también rescata el hecho de ser pacientes, como una cualidad que podemos ir desarrollando y que nos acerca a la santidad.

Otro ejemplo de la vida cotidiana que plantea el Papa Francisco se da en las actividades laborales. El Vicario de Cristo explica que se puede alcanzar la santidad cumpliendo con honestidad y eficiencia el trabajo, además de otorgar nuestro tiempo para servir a los demás.

El camino a la santidad puede ser recorrido por todos. Bien lo afirmaba el Sumo Pontífice “es un don que se ofrece a todos, nadie está excluido, por eso constituye el carácter distintivo de todo cristiano”.

Trabajemos con valentía y mucha alegría para cumplir esta meta. Recordemos que alcanzar la santidad debe ser sinónimo de vivir con amor y ofrecer el testimonio de Jesús en cada una de las actividades que realicemos en la cotidianidad.

 

 FUENTE:

 https://www.aciprensa.com/recursos/que-se-celebra-en-la-fiesta-de-todos-los-santos-1700