Aprende a Servir
Es precisamente sirviendo, “siendo siervo”, como Jesucristo
quiso mostrar a la humanidad lo grande que es el amor de Dios.
Servir consiste en buscar siempre la felicidad del otro.
Consiste en compartirlo todo. Servir es tan importante que nos lleva a perderlo
todo, ¡incluso la vida! Servir es el único medio de hacer felices a los demás, de
cambiar el mundo y de devolverle la capacidad de amar. Es el único medio de
hacer comprender a la humanidad hasta qué punto Dios sirve, ofrece, reparte,
distribuye su amor a todos.
Es una tarea difícil. Algunos dicen que es imposible. Jesús
nos demuestra que no lo es tanto, Él lo consiguió y nos invita a que nosotros
también lo intentemos. Pero… ¿cómo? Jesús nos da las pistas: mirando más allá
de las apariencias; sirviendo y ofreciendo nuestra paciencia, nuestra alegría,
nuestro perdón; caminando hasta el final, sin cansarnos y tirar la toalla a
mitad de camino. Con Jesucristo los cristianos logran que la vida triunfe sobre
el mal y la muerte.
La Cuaresma es el tiempo en que nosotros, los cristianos,
siguiendo al Señor Jesús, aprendemos a servir, a ofrecer lo mejor que tenemos
para que el otro sea feliz. Estamos en Cuaresma, un tiempo para aprender a
servir.
Aprender a servir, explicando a un compañero el problema que
no entiende. Aprender a servir, no criticando a los demás, sino ayudándoles a
mejorar. Aprender a servir, cumpliendo con nuestras obligaciones. Aprender a
servir, perdonando de corazón a aquellos que nos molestan. Aprender a servir,
pensando siempre en la felicidad de los que están a mi alrededor.