La
iconografía usada para representar a la Virgen de la Merced queda
definida a partir del siglo XVI, consistiendo fundamentalmente en el
hábito mercedario: túnica, escapulario y capa, todo en color blanco, con
en el escudo mercedario en el pecho. Otros elementos recurrentes son
las cadenas y el grillete, símbolos también del cautiverio. Normalmente,
además del escapulario del hábito, lleva otro pequeño en la mano que
ofrece a los fieles.
Suele aparecer tocada con corona de reina, y también con el cetro en la mano derecha. En muchas ocasiones sostiene en la izquierda al Niño Jesús, que también puede llevar un escapulario en las manos.
En ocasiones cobija bajo su capa a un grupo de presos cautivos, pero también a santos, o personas de todas las clases sociales. Otro modelo iconográfico es el de la Comendadora, sedente en el coro, sin niño ni cetro, con las constituciones de la Orden en una mano.
Suele aparecer tocada con corona de reina, y también con el cetro en la mano derecha. En muchas ocasiones sostiene en la izquierda al Niño Jesús, que también puede llevar un escapulario en las manos.
En ocasiones cobija bajo su capa a un grupo de presos cautivos, pero también a santos, o personas de todas las clases sociales. Otro modelo iconográfico es el de la Comendadora, sedente en el coro, sin niño ni cetro, con las constituciones de la Orden en una mano.