La Ascensión del Señor
¡Es el momento en el que Jesús regresó al Cielo con su Padre, después de haber cumplido su misión en la tierra¡
En el Evangelio de San Lucas 24, 50-53 se
narra como, después de dar las últimas instrucciones a los Apóstoles,
los llevó cerca de Betania y mientras los bendecía, alzando las manos,
subió al Cielo. Los Apóstoles lo vieron alejarse hasta que desapareció
en una nube.
Con su Ascensión al Cielo, Jesús nos abre las
puertas para que podamos seguirle. La Ascensión es para todos los
cristianos un símbolo de esperanza, pues sabemos que Cristo está sentado
a la derecha del Padre, intercediendo por nosotros y que un día
podremos llegar con Él a gozar de la felicidad eterna. Por esto,
celebramos la fiesta con una Misa solemne. Durante la celebración de la
Misa, puede haber una procesión solemne, con incienso. El crucifijo se
adorna de blanco, se llevan luces y flores.
¿Qué nos enseña la Ascensión?
Debemos
luchar por ser perfectos y buenos para poder ir al Cielo con Jesús. Él
vivió como todos nosotros su proyecto y lo fue perfeccionando día a día.
Su proyecto no terminó con la Muerte, sino que siguió con su
Resurrección y su Ascensión.
Con la Ascensión, Jesús alcanza la
meta final y es exaltado; se hace Señor y primogénito de sus hermanos.
La plenitud sólo se alcanza al final y es un don de Dios.
Jesús
ha ascendido al Cielo y nos espera en la meta. Nosotros debemos trabajar
para cumplir con nuestra misión en la tierra. Hay que vivir como Él,
amar como Él, buscar el Reino de Dios.
Debemos anunciar el Evangelio con la palabra y con la vida.